Existen una gran cantidad de artículos e infografías sobre cómo alcanzar tus metas. En varias de mis publicaciones hablaremos de algunas técnicas y estrategias para ello, pero hoy te propongo que hablemos de la que considero es la más importante de todas.

No es ningún secreto. No te voy a hablar de algo súper novedoso; de hecho, escuchamos tanto de esta práctica que incluso la exigimos a nuestros hijos. Pero la pregunta es: ¿Qué tanto la estamos aplicando a nuestra vida?

Te estoy hablando de la Disciplina: la conciencia de una acción que debemos llevar a cabo y la voluntad para hacerla. No es suficiente con que sepamos lo que debemos hacer; hay que tomar acción.

Puede que la disciplina no sea todo lo que necesitemos para el éxito, pero con seguridad te digo que, sin ella no lo alcanzaremos. Nunca podremos ser puntuales, cumplidos, organizados, enfocados, planeadores, lectores y tantas cosas más que requerimos para lograr nuestros propósitos, sin disciplina.

La verdadera disciplina, no es fácil. Esto me parece obvio. Si lo fuera, todo el mundo sería disciplinado y lograría lo que desea. El problema es que ésta exige un sacrificio en alguna medida. Todo lo bueno tiene un precio. Normalmente, ese precio es la disciplina; y las veces que no he estado dispuesta a pagarlo, me he quedado con los “hubiera”, los “debí” y las excusas.

Debo confesar que aveces he sido «medio» disciplinada, y no me ha funcionado. He aprendido que, al menos en ciertas cosas, hay que serlo de tiempo completo. Me refiero a las cosas que generan congruencia entre lo que decimos, pensamos y la forma en la que actuamos. La disciplina conlleva constancia o podemos caer en la confusión. Eso es lo que nos pasa, a los que somos padres, cuando “a veces” no damos el ejemplo adecuado a nuestros niños.

Por regla general, el que es esmerado en las cosas sencillas, también lo es en las cosas grandes. Yo pensaría que, si a una persona no se le puede confiar una tarea simple, no hay porqué confiarle algo mayor.

Algo maravilloso de todo esto es que, la recompensa de la disciplina es mayor al esfuerzo invertido. Tan solo acuérdate de algo que hayas emprendido con dedicación, esmero y esfuerzo. Estoy segura de que cuando lograste lo que te habías propuesto, sentiste que todo había valido la pena, porque lo obtenido es aún mayor al sacrificio que tuviste que hacer.

Ser disciplinado en nuestra vida no solo genera confianza en los demás al demostrar que se es cumplido, comprometido y eficaz. De igual forma, se fortalece la confianza en sí mismo. Esto es muy poderoso, porque definitivamente nos ayudará a conseguir cada vez metas más grandes.

Así que ánimo. Tal vez con un poco más de disciplina constante y congruente se nos facilite lograr nuestros propósitos.

Es Buenahora para alcanzar tus metas!

Me encantaría saber qué piensas… En qué cosas de la vida crees que la disciplina nos es útil?

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«La disciplina es el mejor amigo del hombre, porque ella le lleva a realizar los anhelos mas profundos de su corazón»

Teresa de Calcuta