Acabo de cumplir 40 años. Para muchos puede ser intimidante recibir el principio de lo que se ha rotulado “la edad Madura”, sin embargo, para mi ha sido una experiencia inolvidable sentirme rodeada de tanto amor. Después de las celebraciones, las risas y las fotos, reflexiono sobre mi pasado y sobretodo lo que espero del futuro. Así que llegando a esta etapa de mi vida, siento que hay 10 cosas que todas debemos tener claras cuando llegamos a los 40 y te las cuento en este artículo.

  1. Claridad sobre quién soy.

En este punto me refiero a conocer cuales son tus talentos, fortalezas, virtudes, pasiones y habilidades y cuales son aquellas áreas en las que tienes debilidades. Tus grandes oportunidades residen en tus fortalezas, no en tus debilidades.

Hoy en día, sé que no sirve de mucho trabajar sobre aquellas cosas en las que no soy buena, como nos han enseñado bajo el rótulo “área de oportunidad”. Es mucho mas eficiente y gratificante enfocarme en aquellas cosas que combino talento y pasión.

Así que llegando a los 40, tener claridad en quién eres te traerá tranquilidad y confianza para tomar mejores decisiones y diseñar la vida que deseas.

«Todo el mundo es un genio, pero si juzgas a un pez por su habilidad de trepar un árbol, creerá toda su vida que es estúpido«.

-Albert Einstein-

 

  1. Claridad en mi vida familiar.

A estas alturas ya debes conocer los roles que cada uno de los miembros de tu familia desempeña y también el tuyo.

Sin importar el tipo de familia a la que hagas parte, cada uno de los miembros juega un papel e influencia en la vida de los demás integrantes.  Conocer y respetar la personalidad, roles y desacuerdos es muy importante para que esos lazos sean propulsores de crecimiento.

En este momento de mi vida, conozco bien la personalidad de mis seres amados, el apoyo que recibo de cada uno de ellos y el que esperan de mi. Igualmente, acepto las diferencias que hay entre cada uno de nosotros y lo que antes podría ser motivo de confrontación, ahora lo entiendo y acepto con respeto.

 

  1. Claridad en mis valores.

Al llegar a los 40 años debemos conocer claramente cuales son las prioridades en nuestra vida; a qué le damos valor, en qué dedicamos tiempo y hacia dónde enfocamos las decisiones que tomamos.

Lo resumo en una pregunta: ¿Qué es verdaderamente importante para ti?

En las sesiones de coaching es recurrente observar que las personas entramos en conflicto y desánimo cuando orientamos nuestras acciones hacia circunstancias que no están alineadas con nuestros valores. Así que cuando ya los tenemos claros y los usamos como guías en nuestro diario caminar, la vida puede ser mucho más gratificante.

 

  1. Claridad en mi filosofía de vida.

Llamo filosofía de vida a la visión y actitud con la que afrontamos el día a día.

Solo tu sabes cómo deseas vivir, en qué quieres invertir tu tiempo, qué aspectos de la vida son negociables y cuáles no. Solo tu conoces lo que tu corazón guarda y los principios que rigen tu vida, tus pasiones y todo aquello que es opcional.

En mi caso, llegando a los 40, reconozco mis creencias, mi filosofía, aquello que aprecio y el código en el que me desenvuelvo. Reconozco qué es importante y qué no, el significado de plenitud, crecimiento y tranquilidad.

 

  1. Claridad en el balance de mi vida.

Muchas personas tardan demasiado tiempo en entender que todo en la vida hace parte de un balance y que el alimento, ejercicio, descanso, crecimiento personal, desarrollo espiritual y las relaciones con otras personas son también parte de nuestra vida.

 

  1. Claridad en el legado que deseo dejar

Este es un aspecto en el que pocas pensamos hasta que llegamos a soplar muchas velas en el pastel de cumpleaños. ¿qué legado deseo dejar y a quién?

En la vida vamos en un proceso de crecimiento en el que aprendemos, ganamos y luego damos. Entonces,  analiza todo lo que has aprendido, qué tanto has crecido en resultados y, sobretodo, como ser humano, y finalmente decide qué es eso que quieres dejar en la vida de otros.

Parte de mi filosofía de vida, de la que te mencionaba en el punto 4, tiene que ver con el servicio, porque creo que no hay nada mas gratificante que dar. Por eso, devolver a la humanidad y entregar a otros de lo que he recibido, incluso mucho más, es inmensamente satisfactorio.

 

  1. Claridad en el precio que estoy dispuesta a pagar por mis sueños

La ley de la compensación de John Maxwell habla del precio que pagamos por nuestro éxito. Comparto este concepto porque todo, absolutamente todo lo ganado ha tenido un precio. Aveces es en dinero, pero muchas otras ha sido esfuerzo, tiempo, trabajo y experiencias.

Hoy que cumplo 40, tengo claridad en los sueños por las que estoy dispuesta a pagar un precio mas alto y aquellas en las que no voy a invertir mucho. Todo se relaciona con mis metas y prioridades.

Cuando tienes claro que todo tiene un precio, aprendes a pagarlo con gusto.

 

  1. Claridad en las relaciones solidas

Si piensas en las experiencias mas significativas de tu vida, con seguridad en todas ellas está involucrado alguien mas. Esto es porque las relaciones creadas con lazos positivos, fuertes y sólidos te ayudarán a sobrellevar los momentos difíciles, a reencontrar tu rumbo cuando te sientas perdida, celebrar las victorias y encontrar satisfacción.

Hoy, identifico con claridad esas personas que han estado presentes en estas 4 décadas. Algunas han permanecido a mi lado por mucho tiempo; otras han pasado por mi historia de manera efímera, pero sin duda, han sido aquellos con los que he creado relaciones valiosas los que primeros que vienen a mi mente.

 

  1. Claridad en las opciones a futuro

Encuentro pocas cosas mas frustrantes que vivir los sueños de otros o actuar sobre la convicción de otras personas y no sobre las propias. Por eso, al llegar este cumpleaños tengo claro lo que deseo y cómo quiero alcanzarlo.

Llega el momento en que te das cuenta que la vida es corta y que vale la pena apostarle a tus sueños, diseñar el futuro que deseas y encaminar todos tus esfuerzos para ir por ellos.

 

  1. Claridad en mi propósito

“Sylvia, me siento perdida porque no sé cual es mi propósito”. Este es un comentario muy frecuente entre las asistentes a mis talleres. Por fortuna, terminando las sesiones, tienen una perspectiva diferente.

Si este es tu caso, quiero decirte que el solo hecho de empezar a cuestionarte ya es un gran paso. Encontrar un propósito en lo que haces lo cambia todo y para ello, cuestionarte, aumentar tu consciencia y darte la oportunidad de descubrirte es fundamental

A mis 40 años debo reconocer que encontrar aquello que dictamina mis pasos y hacia dónde enfoco mis acciones no fue nada fácil. Sin embargo, hoy en día, tengo claro que soy una persona de valor que busca agregar valor a los demás y que mi misión, además de aquella que tengo con mi familia, es impulsar a todas las personas que llegan a mi a que descubran su talento y lo conviertan en luz para guiar su vida y la de las personas que las rodean.

¡Feliz de llegar a los 40 y deseando que la celebración continúe por muchos años más!

Hasta pronto,